El vientre materno es nuestro primer espacio educativo y a medida que crecemos, estos espacios educativos se hacen más amplios y aumentan en número.
Cuando nacemos salimos del vientre de nuestra madre. Ese espacio es nuestro mundo durante 9 meses. Es lo único que conocemos y en él estamos completamente protegidos, seguros. Empezamos a interactuar con lo que nos rodea y tomamos conciencia de nuestro entorno. Nueve meses más tarde el mundo se amplía de forma brusca. Nuestro entorno ha cambiado…y de qué manera!
Nuestros primeros meses suelen ser bastante apacibles…aunque los padres probablemente tengan opiniones encontradas. Llega el momento importante de iniciar nuestra andadura académica. Nuestra primera guardería entra en escena. Pánico y terror en nuestros rostros porque nuestro entorno vuelve a cambiar.
Van pasando los años y nos vamos sintiendo cómodos en determinados lugares y situaciones. Nuestra manera de actuar es distinta dependiendo del entorno que nos rodea. Nuestros centros escolares nos deben preparar para responder a los estímulos del mundo mediante la transmisión del conocimiento (entendido como un todo, social y académico).
Este mundo en el que vivimos será nuestro espacio educativo definitivo y, por lo tanto, el colegio nos debe enseñar a movernos por esa realidad y nada mejor que salir del aula e interactuar con nuestro entorno.
Últimamente se habla mucho de la zona de confort y de la importancia de salir de este espacio para encontrar nuevos desafíos laborales y no estancarnos. Desde nuestro punto de vista pasa lo mismo con el aprendizaje de nuestros alumnos y por esa razón creemos a pies juntillas en salir de las aulas para aprender más y mejor.
Entendemos que no siempre es fácil y que “dar clase” en nuestra aula donde estamos tan a gusto, lo conocemos todo y poco nos puede sorprender, es más fácil. Con esta idea no queremos dar la impresión de estar en contra de los espacios educativos convencionales ni mucho menos. La idea es poder mezclar para que el alumnado no se estanque en su proceso educativo y por lo tanto pueda responder mejor a los estímulos de la vida.
Salir de las aulas puede ser un complemento perfecto al aprendizaje en ellas. Hemos pensado una serie de ejemplos para que podáis valorarlos y darnos vuestra opinión al respecto:
- Para trabajar las matemáticas un buen entrenamiento es ir al mercado a comprar y que los alumnos deban calcular el cambio. No solo trabajamos el cálculo mental si no que trabajamos la relación social, el estudio de vegetales, frutas y animales comestibles. Podemos trabajar las dietas saludables.
- Para trabajar la historia de la ciudad o población en la que vivimos una buena actividad es una ginkana por la propia ciudad. No solo podemos aprender los elementos históricos si no que trabajaremos la movilidad con el transporte público.
- Para trabajar educación física podemos realizar excursiones a las zonas verdes cercanas a la ciudad. Al mismo tiempo podemos trabajar la flora y la fauna de la zona cercana a una población.
- Para trabajar obras literarias podemos asistir a obras de teatro y el desplazamiento que lo dirijan los propios alumnos para que aprendan como moverse por su ciudad.
Estos son algunos de los ejemplos que hemos pensado. Son solo ideas que se deben desarrollar pero creemos que pueden tener un buen resultado si las ponemos en práctica.
¿Os atrevéis?
El vientre materno es nuestro primer espacio educativo y a medida que crecemos, estos espacios educativos se hacen más amplios y aumentan en número.
Cuando nacemos salimos del vientre de nuestra madre. Ese espacio es nuestro mundo durante 9 meses. Es lo único que conocemos y en él estamos completamente protegidos, seguros. Empezamos a interactuar con lo que nos rodea y tomamos conciencia de nuestro entorno. Nueve meses más tarde el mundo se amplía de forma brusca. Nuestro entorno ha cambiado…y de qué manera!
Nuestros primeros meses suelen ser bastante apacibles…aunque los padres probablemente tengan opiniones encontradas. Llega el momento importante de iniciar nuestra andadura académica. Nuestra primera guardería entra en escena. Pánico y terror en nuestros rostros porque nuestro entorno vuelve a cambiar.
Van pasando los años y nos vamos sintiendo cómodos en determinados lugares y situaciones. Nuestra manera de actuar es distinta dependiendo del entorno que nos rodea. Nuestros centros escolares nos deben preparar para responder a los estímulos del mundo mediante la transmisión del conocimiento (entendido como un todo, social y académico).
Este mundo en el que vivimos será nuestro espacio educativo definitivo y, por lo tanto, el colegio nos debe enseñar a movernos por esa realidad y nada mejor que salir del aula e interactuar con nuestro entorno.
Últimamente se habla mucho de la zona de confort y de la importancia de salir de este espacio para encontrar nuevos desafíos laborales y no estancarnos. Desde nuestro punto de vista pasa lo mismo con el aprendizaje de nuestros alumnos y por esa razón creemos a pies juntillas en salir de las aulas para aprender más y mejor.
Entendemos que no siempre es fácil y que “dar clase” en nuestra aula donde estamos tan a gusto, lo conocemos todo y poco nos puede sorprender, es más fácil. Con esta idea no queremos dar la impresión de estar en contra de los espacios educativos convencionales ni mucho menos. La idea es poder mezclar para que el alumnado no se estanque en su proceso educativo y por lo tanto pueda responder mejor a los estímulos de la vida.
Salir de las aulas puede ser un complemento perfecto al aprendizaje en ellas. Hemos pensado una serie de ejemplos para que podáis valorarlos y darnos vuestra opinión al respecto:
- Para trabajar las matemáticas un buen entrenamiento es ir al mercado a comprar y que los alumnos deban calcular el cambio. No solo trabajamos el cálculo mental si no que trabajamos la relación social, el estudio de vegetales, frutas y animales comestibles. Podemos trabajar las dietas saludables.
- Para trabajar la historia de la ciudad o población en la que vivimos una buena actividad es una ginkana por la propia ciudad. No solo podemos aprender los elementos históricos si no que trabajaremos la movilidad con el transporte público.
- Para trabajar educación física podemos realizar excursiones a las zonas verdes cercanas a la ciudad. Al mismo tiempo podemos trabajar la flora y la fauna de la zona cercana a una población.
- Para trabajar obras literarias podemos asistir a obras de teatro y el desplazamiento que lo dirijan los propios alumnos para que aprendan como moverse por su ciudad.
Estos son algunos de los ejemplos que hemos pensado. Son solo ideas que se deben desarrollar pero creemos que pueden tener un buen resultado si las ponemos en práctica.
¿Os atrevéis?
Hola de nuevo!!!
Esta metodología de trabajo, ya hace tiempo que en algunos centros educativos se realiza, y la experiencia ha sido muy positiva, ya que muchos de los alumnos han demostrado con estas dinámicas un interés por ciertas asignaturas muy diferente a la que demostraban en el aula.
Os recomiendo a los docentes que las probéis, a mí personalmente me han funcionado.
Gracias por vuestra apuesta por la educación.
Hola Jhoen!
Muchas gracias por leernos y probar cosas nuevas! Probando encontraremos nuevos caminos educativos. Gracias por compartir tus experiencias educativas con nosotros.