El campo magnético terrestre

El magnetismo es un fenómeno de la naturaleza que hace que los objetos se sientan atraídos o repelidos dependiendo de su polaridad. En otras palabras podemos decir que el magnetismo se basa en las siguientes dos reglas básicas: los polos opuestos se atraen y los polo iguales se repelen. Y esto es lo que sucede con los imanes, ya que son materiales que poseen propiedades magnéticas.

El magnetismo terrestre es una fuerza natural debida a que la Tierra se comporta como un imán. Por lo tanto la Tierra posee un polo Norte y un polo Sur, que no concuerdan con los polos geográficos, a día de hoy, ya que estos se invierten con el paso de miles de años. El campo magnético terrestre es producido por las corrientes eléctricas procedentes del interior de la Tierra.

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El magnetismo es un fenómeno de la naturaleza que hace que los objetos se sientan atraídos o repelidos dependiendo de su polaridad. En otras palabras podemos decir que el magnetismo se basa en las siguientes dos reglas básicas: los polos opuestos se atraen y los polo iguales se repelen. Y esto es lo que sucede con los imanes, ya que son materiales que poseen propiedades magnéticas.

El magnetismo terrestre es una fuerza natural debida a que la Tierra se comporta como un imán. Por lo tanto la Tierra posee un polo Norte y un polo Sur, que no concuerdan con los polos geográficos, a día de hoy, ya que estos se invierten con el paso de miles de años. El campo magnético terrestre es producido por las corrientes eléctricas procedentes del interior de la Tierra.

Un poco de historia

El primer personaje que analiza este fenómeno es Tales de Mileto, alrededor del 600 a.C. filósofo griego, que observó que frotando una varilla de ámbar con una piel o con lana, se obtenían pequeñas cargas que atraían pequeños objetos, y frotando mucho tiempo podía causar la aparición de una chispa.

Algunos de los filósofos griegos más conocidos, directa o indirectamente hablan del magnetismo, el más conocido es uno de los diálogos de Platón, el diálogo de Ion del 401 a.C. que dice “…una fuerza divina es la que te mueve, parecida a la que hay en la piedra que Eurípides llamó magnética y la mayoría, heráclea. Por cierto que esta piedra no sólo atrae a los anillos de hierro, sino que mete en ellos una fuerza tal, que pueden hacer lo mismo que la piedra, o sea, atraer otros anillos, de modo que a veces se forma una gran cadena de anillos de hierro que penden unos de otros”.

Existen otras historias y leyendas que relatan los orígenes de este descubrimiento, pero es Pierre de Maricourt (Petrus Peregrinus) soldado ingeniero que describe sus experimentos con un imán en una carta a su amigo Sygerus de Foucaucourt en el 1269, durante el sitio a la ciudad de Lucena. Es un documento extraordinario porque detalla claramente los polos de un imán, denominándolos polo norte y polo sur, su atracción y repulsión, como al romper un imán se crean nuevos polos con las mismas características…, incluso sostiene que es de los polos magnéticos de la Tierra de donde surge todo este fenómeno, lo que nos lleva a preguntarnos:

¿Qué beneficios nos aporta el campo magnético terrestre?

El campo magnético terrestre envuelve la Tierra y nos protege de las radiaciones solares y de otras radiaciones cósmicas. Estas radiaciones transportan partículas cargadas con un nivel muy alto de energía, que en caso de llegar a la Tierra podrían provocar grandes desastres en nuestro planeta.

Un fenómeno que es debido al campo magnético terrestre son las auroras boreales, que, a partir de inmensas masas de partículas procedentes del Sol, llegan al campo magnético de la Tierra y se dirigen hacía el polo norte magnético, que coincide con el polo sur terrestre, y donde, mediante la interacción con la atmósfera, se produce una liberación de energía, dando lugar a este espectáculo natural.

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