Por competencias entendemos el conjunto de conocimientos (conocimientos teóricos, saber), habilidades (conocimientos prácticos, saber hacer) y actitudes (compromisos personales, saber ser) que cada uno de nosotros utiliza en sus situaciones y vivencias cotidianas. Ser competente implica comprender las situaciones y conflictos a los que nos enfrentamos cada día, ya sean personales, profesionales o académicos y darles una respuesta adecuada.
A estas alturas ya nadie niega que la educación debe encaminarse hacia el aprendizaje de una serie de competencias básicas que permitan formar personas autónomas y críticas capaces de dar respuesta a los retos a los que deben y deberán enfrentarse cada día, tanto a nivel profesional como personal. Se trata de que los alumnos aprendan entendiendo y encontrando sentido a aquello que hacen y sean capaces de aportar una visión crítica. Atrás quedan las clases magistrales en las que el profesor explica y el alumno atiende, haciendo un acto de fe de todo aquello que debe asumir y retener, a menudo sin apenas entenderlo. El protagonismo deja de ser del profesor para pasar a ser del alumno y deja espacio para favorecer la acción y la experiencia, pudiendo combinar diferentes métodos.
En España las competencias básicas están incluidas en el currículum des de el año 2006 (Ley Orgánica de Educación, LOE), y la actual LOMCE las modifica ligeramente, renombrando algunas de ellas, adaptándose así a la propuesta realizada por la Unión Europea.
¿Cómo podemos trabajar estas competencias básicas que se proponen desde la LOMCE?
En este post os vamos a proponer una actividad en la que trabajaréis buena parte de estas competencias relacionando temas tan dispares, en principio, como el teatro y la energía. ¿Os apuntáis?
Por competencias entendemos el conjunto de conocimientos (conocimientos teóricos, saber), habilidades (conocimientos prácticos, saber hacer) y actitudes (compromisos personales, saber ser) que cada uno de nosotros utiliza en sus situaciones y vivencias cotidianas. Ser competente implica comprender las situaciones y conflictos a los que nos enfrentamos cada día, ya sean personales, profesionales o académicos y darles una respuesta adecuada.
A estas alturas ya nadie niega que la educación debe encaminarse hacia el aprendizaje de una serie de competencias básicas que permitan formar personas autónomas y críticas capaces de dar respuesta a los retos a los que deben y deberán enfrentarse cada día, tanto a nivel profesional como personal. Se trata de que los alumnos aprendan entendiendo y encontrando sentido a aquello que hacen y sean capaces de aportar una visión crítica. Atrás quedan las clases magistrales en las que el profesor explica y el alumno atiende, haciendo un acto de fe de todo aquello que debe asumir y retener, a menudo sin apenas entenderlo. El protagonismo deja de ser del profesor para pasar a ser del alumno y deja espacio para favorecer la acción y la experiencia, pudiendo combinar diferentes métodos.
En España las competencias básicas están incluidas en el currículum des de el año 2006 (Ley Orgánica de Educación, LOE), y la actual LOMCE las modifica ligeramente, renombrando algunas de ellas, adaptándose así a la propuesta realizada por la Unión Europea.
¿Cómo podemos trabajar estas competencias básicas que se proponen desde la LOMCE?
En este post os vamos a proponer una actividad en la que trabajaréis buena parte de estas competencias relacionando temas tan dispares, en principio, como el teatro y la energía. ¿Os apuntáis?
Lo primero es decidir qué tema tendrá nuestra obra de teatro. Para ello nada mejor que una “brainstorming” para discutirlo entre todos. Con este ejercicio ya estaremos trabajando la competencia lingüística y comunicativa. Podemos proponer un tema de actualidad que haya aparecido en prensa o un acontecimiento importante que hayamos vivido en nuestro entorno recientemente, de esta forma podemos empezar a desarrollar la competencia social y ciudadana, aquella que se refiere a la capacidad para observar y comprender la realidad social en la que participamos de manera activa, con criterio propio, participativa y democráticamente. Nosotros os proponemos un tema energético: ¿Cómo compaginamos la generación renovable con la convencional? A partir de este eje debemos crear un guion y para ello necesitamos información que podemos conseguir en nuestra web en el apartado de recursos. Otras páginas como www.ree.es pueden complementar vuestras fuentes de información.
Uno de los temas que trataremos será el impacto de la generación sobre nuestro planeta y al hacerlo estaremos trabajando la competencia en el conocimiento e interacción con el mundo físico. Otro tema que aparecerá en el guion es la cuestión económica y probablemente también el tema de las distintas fuentes de energía y si son renovables o no. Dinero, energía, negocios, pasión… menuda historia tenemos entre manos!
La confección del guion será el momento idóneo para trabajar la competencia lingüística, tan importante hoy en día. Hablar en público, utilizar distintos idiomas, utilizar un lenguaje técnico… tenemos muchas opciones.
Otra labor importante será la del vestuario, decorados y escenografía. Aquí trabajaremos competencia artística y cultural.
Todas estas tareas requieren de un trabajo previo a la realización de la obra. Hará falta un control de los gastos que se puedan generar y racionalización de los mismos. Habrá que hacer un presupuesto inicial y un seguimiento del mismo para ajustarlo y evitar que se nos vaya de las manos. Aprovecharemos así, para introducir la competencia matemática de un modo práctico.
Evidentemente y como no puede ser de otra manera, tanto estas tareas como las de realización del guión y preparación del material artístico deberán hacerse con el soporte tecnológico adecuado. Es este el momento para referirnos a la competencia de tratamiento de la información y digital. Ésta implica, la capacidad de hacer un uso seguro y crítico de los diferentes soportes que existen, incluyendo las TIC. Podemos hacer promoción de la obra a través de las redes sociales que tenemos al alcance, así como comunicarnos entre nosotros a través de las herramientas digitales de que disponemos.
Sólo con la preparación de nuestra obra de teatro, prácticamente hemos recorrido todas las competencias que aparecen en el currículum. Si os dais cuenta, no son objetivos concretos que se trabajen en un momento determinado, si no que, la mayoría, se integran en los diferentes procesos y aprendizajes. Y en este sentido hay dos competencias fundamentales para un aprendizaje permanente: son las competencia de aprender a aprender, que requiere controlar los propios procesos de aprendizaje y saber autoevaluarse y manejar eficientemente recursos y técnicas de trabajo, y la competencia de autonomía e iniciativa personal, que supone tener las habilidades necesarias para convertir las ideas en actos, como la creatividad o las capacidades para asumir riesgos y planificar y gestionar proyectos. Estas competencias se desplegaran a lo largo de toda la preparación y realización de la obra de teatro.
No solo de competencias básicas vive la educación.
Evidentemente, esta nueva forma de aprendizaje requiere cambios importantes en el diseño de las actividades, cambios que deberían aplicarse, no solo a las escuelas, si no a todos los programas educativos en los que participan los alumnos, puesto que no es coherente que el aprendizaje se ejecute de un modo en la escuela y de otro en los extraescolares o cualquier actividad educativa no formal de la que participe el/la niño/a.
Es importante resaltar que el conjunto de competencias no supone la totalidad de lo que se debe enseñar , si no que sólo es aquello que se considera imprescindible para aprender a convivir en sociedad . Es por eso que todos deberíamos poder desarrollar un mecanismo interno que nos permita saber actuar de manera coherente y acertada ante las diversas circunstancias que nos suceden cada día.
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