Profesores/as: Enseñar a aprender

Seguramente todos hemos vivido situaciones similares a esta: “¿Por qué tengo que aprender esto? Si no me servirá para nada!”

Muchas veces es difícil dar un argumento convincente para que el alumno entienda la utilidad de lo que aprende. Este es uno de los problemas del sistema educativo en el que estamos anclados. Es evidente que aprender el teorema de Pitágoras de memoria sin ningún tipo de aplicación práctica es una metodología obsoleta. Aprender acentos diacríticos sin entender su utilidad puede llegar a ser una verdadera pérdida de tiempo y esfuerzo.

Aprender sin objetivo no tiene mucho sentido y tampoco enseñar para rellenar las cabezas de nuestros jóvenes debería ser la finalidad de un maestro/a. Por esa razón creemos que tan importante es aprender cómo enseñar. Hay personas con el don de la compresión. Entienden las cosas a la primera y necesitan de pocas explicaciones para pillarlas al vuelo. Otras personas necesitan de una explicación más detallada para poder llegar a comprender aquel concepto. Lo que está muy claro es que en cualquiera de los dos casos el aprendizaje será mucho más efectivo si ven una finalidad en su esfuerzo. En los dos casos debemos utilizar una metodología que sea eficiente para cada situación. ¿Es efectiva una educación generalista?¿Es viable una educación personalizada?

Estas preguntas abren un debate que no abordaremos ahora pero del que hablaremos más adelante. Entre los 2 casos anteriores hay muchísimos grises a los que la educación debe llegar y para ello es muy importante tener muy claro cómo enseñar para llegar al público que tenemos delante. De la misma manera que Endesa Educa tiene muy claro que sus targets son alumno y profesor, el sistema educativo debería pensar en estos protagonistas como sus “clientes”, usando el término clientes como personas que usan el sistema educativo. Me explico; cuando diseñamos una nueva actividad en Endesa Educa sabemos que la van a disfrutar los alumnos pero que serán los profesores quienes la evaluarán según sus necesidades. Esto implica que los alumnos deben aprender y disfrutar con ella y que los profesores deben cubrir sus expectativas educativas  con la actividad.

En el sistema educativo los alumnos deben aprender y disfrutar haciéndolo (tanto como sea posible) y los profesores deben poder cubrir sus expectativas de enseñanza y disfrutar haciéndolo (en la medida de lo posible).

Si seguimos el hilo de este planteamiento vemos que es esencial una estabilidad educativa en la que los profesores son la joya del sistema educativo. Se les debe enseñar a enseñar para que sus alumnos/as puedan aprender. No basta con que el profesor sea el primero de su promoción en astrofísica para llegar a enseñar física en un instituto, de hecho tampoco es tan importante ser el primero o el segundo o el decimosexto, lo importante es tener claro a quién tienes en frente y qué quieres hacer con ellos y ellas.  Es evidente que el contenido de lo que enseñamos es importante pero creemos que la metodología usada puede llegar a tener el mismo peso.

En todo proceso educativo hay 3 elementos sobre los que gira el aprendizaje:

  • Maestro
    Alumnos
    Método

Nuestra opinión es que todos estos ingredientes no pueden evolucionar por separado. Los alumnos cambian porque la sociedad en la que vivimos cambia constantemente. Esto incluye a los maestros que deben cambiar para poder adaptarse a los tiempos. La metodología debe asumir el reto de ayudar al maestro en su trabajo de enseñar y por tanto debe transformarse para conseguir este objetivo.

Ahora la pregunta sería, ¿cómo enseñamos a los maestros para que los alumnos aprendan?

La idea sería una enseñanza totalmente práctica y basada en la realidad en la que viven los chicos y chicas que asistirán a sus clases. Nada mejor que entender su mundo para conseguir conectar con ellos y transmitir los conocimientos académicos y humanos.

Es evidente que los maestros deben tener unos estudios teóricos en los que basar sus clases. Hay conceptos que están muy asentados y son inamovibles (2+2 son 4 por ejemplo) pero en su mayor parte el conocimiento es dinámico, en constante evolución.

Con este artículo queremos remarcar la importancia que tienen los profesores y educadores en la educación de nuestros jóvenes y por lo tanto la mayúscula trascendencia de la formación a estos maestros y maestras. Si conseguimos formar bien a nuestros profesores y profesoras nuestros chicos y chicas sabrán desenvolverse de forma eficiente en nuestra sociedad, siendo personas con opinión crítica y capacidad de decisión.

Seguramente todos hemos vivido situaciones similares a esta: “¿Por qué tengo que aprender esto? Si no me servirá para nada!”

Muchas veces es difícil dar un argumento convincente para que el alumno entienda la utilidad de lo que aprende. Este es uno de los problemas del sistema educativo en el que estamos anclados. Es evidente que aprender el teorema de Pitágoras de memoria sin ningún tipo de aplicación práctica es una metodología obsoleta. Aprender acentos diacríticos sin entender su utilidad puede llegar a ser una verdadera pérdida de tiempo y esfuerzo.

Aprender sin objetivo no tiene mucho sentido y tampoco enseñar para rellenar las cabezas de nuestros jóvenes debería ser la finalidad de un maestro/a. Por esa razón creemos que tan importante es aprender cómo enseñar. Hay personas con el don de la compresión. Entienden las cosas a la primera y necesitan de pocas explicaciones para pillarlas al vuelo. Otras personas necesitan de una explicación más detallada para poder llegar a comprender aquel concepto. Lo que está muy claro es que en cualquiera de los dos casos el aprendizaje será mucho más efectivo si ven una finalidad en su esfuerzo. En los dos casos debemos utilizar una metodología que sea eficiente para cada situación. ¿Es efectiva una educación generalista?¿Es viable una educación personalizada?

Estas preguntas abren un debate que no abordaremos ahora pero del que hablaremos más adelante. Entre los 2 casos anteriores hay muchísimos grises a los que la educación debe llegar y para ello es muy importante tener muy claro cómo enseñar para llegar al público que tenemos delante. De la misma manera que Endesa Educa tiene muy claro que sus targets son alumno y profesor, el sistema educativo debería pensar en estos protagonistas como sus “clientes”, usando el término clientes como personas que usan el sistema educativo. Me explico; cuando diseñamos una nueva actividad en Endesa Educa sabemos que la van a disfrutar los alumnos pero que serán los profesores quienes la evaluarán según sus necesidades. Esto implica que los alumnos deben aprender y disfrutar con ella y que los profesores deben cubrir sus expectativas educativas  con la actividad.

En el sistema educativo los alumnos deben aprender y disfrutar haciéndolo (tanto como sea posible) y los profesores deben poder cubrir sus expectativas de enseñanza y disfrutar haciéndolo (en la medida de lo posible).

Si seguimos el hilo de este planteamiento vemos que es esencial una estabilidad educativa en la que los profesores son la joya del sistema educativo. Se les debe enseñar a enseñar para que sus alumnos/as puedan aprender. No basta con que el profesor sea el primero de su promoción en astrofísica para llegar a enseñar física en un instituto, de hecho tampoco es tan importante ser el primero o el segundo o el decimosexto, lo importante es tener claro a quién tienes en frente y qué quieres hacer con ellos y ellas.  Es evidente que el contenido de lo que enseñamos es importante pero creemos que la metodología usada puede llegar a tener el mismo peso.

En todo proceso educativo hay 3 elementos sobre los que gira el aprendizaje:

  • Maestro
    Alumnos
    Método

Nuestra opinión es que todos estos ingredientes no pueden evolucionar por separado. Los alumnos cambian porque la sociedad en la que vivimos cambia constantemente. Esto incluye a los maestros que deben cambiar para poder adaptarse a los tiempos. La metodología debe asumir el reto de ayudar al maestro en su trabajo de enseñar y por tanto debe transformarse para conseguir este objetivo.

Ahora la pregunta sería, ¿cómo enseñamos a los maestros para que los alumnos aprendan?

La idea sería una enseñanza totalmente práctica y basada en la realidad en la que viven los chicos y chicas que asistirán a sus clases. Nada mejor que entender su mundo para conseguir conectar con ellos y transmitir los conocimientos académicos y humanos.

Es evidente que los maestros deben tener unos estudios teóricos en los que basar sus clases. Hay conceptos que están muy asentados y son inamovibles (2+2 son 4 por ejemplo) pero en su mayor parte el conocimiento es dinámico, en constante evolución.

Con este artículo queremos remarcar la importancia que tienen los profesores y educadores en la educación de nuestros jóvenes y por lo tanto la mayúscula trascendencia de la formación a estos maestros y maestras. Si conseguimos formar bien a nuestros profesores y profesoras nuestros chicos y chicas sabrán desenvolverse de forma eficiente en nuestra sociedad, siendo personas con opinión crítica y capacidad de decisión.

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