Siguiendo el camino de baldosas amarillas

Las personas son seres que necesitan cierto aprendizaje para poder desempeñarse de forma adecuada y eficiente en la sociedad que ellos mismos han creado. Para conseguir ese hito nuestros jóvenes van a los colegios y allí reciben la formación para “vivir” en la sociedad del mañana.

Todo este conocimiento que reciben se divide en una serie de cursos que se confeccionan según sus edades. Dentro de estos cursos académicos se realizan actividades con finalidades educativas para conseguir objetivos competenciales que les ayuden a ser personas eficientes en sus quehaceres (no hablamos de educación sobre valores, esto es una cosa aparte o como mínimo que no corresponde solo a los centros educativos).

Estas actividades educativas pueden funcionar o no, pueden ser más o menos atractivas, pueden gustar más o menos, pueden cumplir sus objetivos con mayor o menor éxito pero, lo que es seguro es que la actividad tendrá más opciones de ser recordada si es coherente y tiene un hilo conductor o storytelling sobre el que aposentarse.

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Las personas son seres que necesitan cierto aprendizaje para poder desempeñarse de forma adecuada y eficiente en la sociedad que ellos mismos han creado. Para conseguir ese hito nuestros jóvenes van a los colegios y allí reciben la formación para “vivir” en la sociedad del mañana.

Todo este conocimiento que reciben se divide en una serie de cursos que se confeccionan según sus edades. Dentro de estos cursos académicos se realizan actividades con finalidades educativas para conseguir objetivos competenciales que les ayuden a ser personas eficientes en sus quehaceres (no hablamos de educación sobre valores, esto es una cosa aparte o como mínimo que no corresponde solo a los centros educativos).

Estas actividades educativas pueden funcionar o no, pueden ser más o menos atractivas, pueden gustar más o menos, pueden cumplir sus objetivos con mayor o menor éxito pero, lo que es seguro es que la actividad tendrá más opciones de ser recordada si es coherente y tiene un hilo conductor o storytelling sobre el que aposentarse.

¿Qué es el storytelling?

Las actividades educativas deben tener un punto de apoyo, una especie de esqueleto sobre el que descansar, un mapa que seguir; esto es el storytelling o nuestro particular camino de baldosas amarillas.

Este camino nos permitirá mantener una coherencia desde el inicio hasta el final de la actividad y así ayudar al alumnado a integrar esos conceptos o ideas que queremos transmitir.

Este hilo conductor nos ayudará a motivar al alumno o alumna durante toda la actividad y no solo en aquellos momentos “molones”. Cuando el participante está motivado, crece la implicación y  por tanto las probabilidades de éxito de nuestra tarea educativa. No hay mejor garantía que la implicación del alumno en lo que hace.

El storytelling o hilo conductor que unirá nuestro particular viaje educativo no tiene que ser un elemento muy espectacular ni muy elaborado. El objetivo de nuestras baldosas amarillas es guiar a los participantes entre actividades y mantener su interés y motivación.

¿Todos los storytelling nos sirven?

Hemos visto historias de todos los colores, mundos mágicos a los que viajamos, personajes que se nos aparecen y a los que debemos ayudar, zombies que nos persiguen, directores de cine que nos vienen a buscar para su nueva película… Hay para dar y regalar pero eso no significa que todo valga. La edad de los chicos y chicas es muy determinante a la hora de usar una u otra historia.

Os pondremos un ejemplo que a nosotros nos ha funcionado muy bien. Tenemos una actividad llamada “¿Cómo se despierta una bombilla?”. La ofrecemos a alumnos de educación infantil y se basa en despertar a una bombilla dormilona. Con esta motivación intentamos enseñarles que para despertar a una bombilla se necesita electricidad y que esta electricidad se puede generar de distintas maneras.

Estas maneras de generar la electricidad vienen representadas por unas marionetas que nos explican sus aventuras para poder traernos la electricidad. Los personajes son, el Molino Valentino, la Placa Paca y el Relámpago Patapam. Todos ellos acompañados por un/a simpática/a electricista de nombre Chispas que hace de conexión entre las marionetas y los chavales. Los participantes llegan a nuestro centro informativo y se les hace pasar a una sala especial de despertadores de bombillas. Es una sala especial en la que deben entrar con los ojos tapados (así trabajamos la oscuridad) para no despertar de golpe a todas las bombillas.

Allí conocen a Chispas, un simpático/a electricista que les explicará, con ayuda de sus amigos Valentino, Paca y Patapam, como se obtiene la electricidad que llega a nuestras casas. Al final harán una manualidad que consiste en hacer su propia marioneta de los personajes que han visto para poder explicar la historia ellos mismos.

Nosotros hemos usado marionetas pero dependiendo de la edad podemos usar otro tipo de protagonistas. En las redes sociales podéis encontrar un montón de ejemplos e incluso de aplicaciones móviles que ya usan este storytelling para motivar y mantener el interés.

Y recordad, seguid el camino de baldosas amarillas, os espera la tierra de Oz y la magia de unos chicos y chicas motivados.

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