Tecnología sí… pero para otros.

Nos encontramos en plena revolución tecnológica. Estamos consiguiendo logros increíbles gracias a la aparición de tecnologías, que hace poco, únicamente veíamos en películas de ciencia ficción. Estamos entusiasmados con el futuro que nos ofrece la tecnología pero…, ¿estamos concienciados de lo que implica? ¿Somos conscientes de cómo cambian nuestras vidas? ¿Queremos aceptar las responsabilidades que conllevan estas tecnologías? Bueno, entonces la tecnología sí, pero para otros.

Palo Alto y Silicon Valley

San Francisco es la cuna de la revolución tecnológica. Silicon Valley acumula la mayor parte de empresas punteras en el mundo de las TIC. Google, Apple, Facebook… Todos se concentran en la zona sur del Área de la Bahía de San Francisco. Los hijos e hijas de estos grandes visionarios tecnológicos van a los colegios de la zona, como es lógico. Lo que ya no me parece tan lógico es el sistema educativo que tienen estos colegios. Como mínimo, a mi me resulta chocante. Ahora os cuento porque.

Uno de los colegios privados más importantes de Silicon Valley recibe a sus alumnos/as y visitantes con un espantapájaros que preside un pequeño huerto en el que trabajan los chicos y chicas del centro escolar. Al contrario de lo esperado, todo parece muy “poco tecnológico”. Entramos en las aulas de primaria y la sorpresa es todavía mayor, ni rastro de tecnología en formato de pantalla, todo lo contrario. Una pizarra de las clásicas preside la pared principal del aula. Tizas blancas, de colores y un borrador acompañan al encerado verdoso lleno de fórmulas y frases. Mi pregunta es rápida y directa, ¿dónde están las tabletas que los alumnos usan en sus clases?

¿Educación analógica o digital?

¿Educación analógica o digital?

Unos cientos de metros más abajo hay un colegio público que tiene en su entrada una gran pantalla LED anunciando a bombo y platillo su sistema educativo basado en el concepto de: 1 alumno 1 iPAD. En este centro escolar sí que hay lo que todos esperaríamos encontrar de un colegio en Silicon Valley, tabletas y dispositivos móviles por doquier para que los alumnos los usen en las aulas.

Mi pregunta es lógica, al menos para mi, ¿Por qué un colegio privado con todos los hijos de los capos en tecnología no usan tabletas o móviles en las aulas?

La respuesta es, como mínimo, sorprendente. Los colegios de más alto nivel no permiten el uso de dispositivos móviles en el aula hasta edades de secundaria. Chris Anderson director de The Wired, una de la revistas sobre tecnología más influyentes, es muy claro: “En la escala entre los caramelos y el crack ésto (refiriéndose a tablets y móviles) está más cerca del crack“. Todos los grandes empresarios tecnológicos intentan alejar a sus hijos e hijas de los dispositivos en los que ellos están trabajando. Consideran que no aportan ningún beneficio a edades tempranas, de hecho consideran que el “riesgo de adicción es muy elevado“. Está muy claro que lo que despierta la educación es la emoción y las grandes mentes de la tecnología consideran que las tablets pueden llegar a matar esa emoción y por tanto impedir la buena educación de sus descendientes.

Los cuidadores/as no pueden usar sus teléfonos móviles por contrato

La situación es tal, que incluso los/as canguros que vienen a cuidar de sus hijos/as tienen prohibido el uso del móvil por contrato. Durante el tiempo que están con los niños/as no pueden usar el teléfono a no ser que sea por una emergencia. Para que veáis hasta donde ha llegado el tema, hay grupos de whatsapp en los que se envían fotografías de los parques con los niños/as jugando y en los que se ve a cuidadores/as hablando por teléfono. Ese cuidador/a haciendo uso del teléfono puede recibir una reprimenda por parte de los padres de la criatura e incluso perder el trabajo.

Al leer este tipo de cosas me vienen a la cabeza muchas preguntas y muchas dudas pero sobretodo una pregunta: ¿Es ético que unas personas nos vendan que tablets y dispositivos móviles son esenciales para la educación de nuestros jóvenes y que luego ellos no las usen en la educación de sus hijos? ¿Hay peligros en el uso de estos dispositivos que ellos/as han detectado y no quieren compartirlos para no dañar a su negocio?

El debate está servido y la polémica también.

Nos encontramos en plena revolución tecnológica. Estamos consiguiendo logros increíbles gracias a la aparición de tecnologías, que hace poco, únicamente veíamos en películas de ciencia ficción. Estamos entusiasmados con el futuro que nos ofrece la tecnología pero…, ¿estamos concienciados de lo que implica? ¿Somos conscientes de cómo cambian nuestras vidas? ¿Queremos aceptar las responsabilidades que conllevan estas tecnologías? Bueno, entonces la tecnología sí, pero para otros.

Palo Alto y Silicon Valley

San Francisco es la cuna de la revolución tecnológica. Silicon Valley acumula la mayor parte de empresas punteras en el mundo de las TIC. Google, Apple, Facebook… Todos se concentran en la zona sur del Área de la Bahía de San Francisco. Los hijos e hijas de estos grandes visionarios tecnológicos van a los colegios de la zona, como es lógico. Lo que ya no me parece tan lógico es el sistema educativo que tienen estos colegios. Como mínimo, a mi me resulta chocante. Ahora os cuento porque.

Uno de los colegios privados más importantes de Silicon Valley recibe a sus alumnos/as y visitantes con un espantapájaros que preside un pequeño huerto en el que trabajan los chicos y chicas del centro escolar. Al contrario de lo esperado, todo parece muy “poco tecnológico”. Entramos en las aulas de primaria y la sorpresa es todavía mayor, ni rastro de tecnología en formato de pantalla, todo lo contrario. Una pizarra de las clásicas preside la pared principal del aula. Tizas blancas, de colores y un borrador acompañan al encerado verdoso lleno de fórmulas y frases. Mi pregunta es rápida y directa, ¿dónde están las tabletas que los alumnos usan en sus clases?

¿Educación analógica o digital?

¿Educación analógica o digital?

Unos cientos de metros más abajo hay un colegio público que tiene en su entrada una gran pantalla LED anunciando a bombo y platillo su sistema educativo basado en el concepto de: 1 alumno 1 iPAD. En este centro escolar sí que hay lo que todos esperaríamos encontrar de un colegio en Silicon Valley, tabletas y dispositivos móviles por doquier para que los alumnos los usen en las aulas.

Mi pregunta es lógica, al menos para mi, ¿Por qué un colegio privado con todos los hijos de los capos en tecnología no usan tabletas o móviles en las aulas?

La respuesta es, como mínimo, sorprendente. Los colegios de más alto nivel no permiten el uso de dispositivos móviles en el aula hasta edades de secundaria. Chris Anderson director de The Wired, una de la revistas sobre tecnología más influyentes, es muy claro: “En la escala entre los caramelos y el crack ésto (refiriéndose a tablets y móviles) está más cerca del crack“. Todos los grandes empresarios tecnológicos intentan alejar a sus hijos e hijas de los dispositivos en los que ellos están trabajando. Consideran que no aportan ningún beneficio a edades tempranas, de hecho consideran que el “riesgo de adicción es muy elevado“. Está muy claro que lo que despierta la educación es la emoción y las grandes mentes de la tecnología consideran que las tablets pueden llegar a matar esa emoción y por tanto impedir la buena educación de sus descendientes.

Los cuidadores/as no pueden usar sus teléfonos móviles por contrato

La situación es tal, que incluso los/as canguros que vienen a cuidar de sus hijos/as tienen prohibido el uso del móvil por contrato. Durante el tiempo que están con los niños/as no pueden usar el teléfono a no ser que sea por una emergencia. Para que veáis hasta donde ha llegado el tema, hay grupos de whatsapp en los que se envían fotografías de los parques con los niños/as jugando y en los que se ve a cuidadores/as hablando por teléfono. Ese cuidador/a haciendo uso del teléfono puede recibir una reprimenda por parte de los padres de la criatura e incluso perder el trabajo.

Al leer este tipo de cosas me vienen a la cabeza muchas preguntas y muchas dudas pero sobretodo una pregunta: ¿Es ético que unas personas nos vendan que tablets y dispositivos móviles son esenciales para la educación de nuestros jóvenes y que luego ellos no las usen en la educación de sus hijos? ¿Hay peligros en el uso de estos dispositivos que ellos/as han detectado y no quieren compartirlos para no dañar a su negocio?

El debate está servido y la polémica también.

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