“Mamá, ¿puedo ver los dibujos cuando lleguemos a casa?” ”Papá, ¿cuándo lleguemos a casa podré jugar a la consola?” “Mamá, ¿puedo bajar al parque con los amigos?”
Estas preguntas o bien las hemos escuchado de boca de nuestros hijos o como mínimo las hemos pronunciado nosotros mismos en nuestra tierna infancia. Las preguntas podían ser distintas pero la respuesta solía ser la misma… “Cuando termines los deberes”.
¿Qué aportan los deberes? ¿Son necesarios? ¿Ayudan al aprendizaje? ¿Generan conflicto? ¿Ahondan en las diferencias sociales?
Todas estas cuestiones y muchas más son las que se debaten en los foros educativos y en las reuniones de profesores a final y principio de curso. En definitiva lo que se pone en tela de juicio es el uso de los deberes como herramienta educativa.
“Mamá, ¿puedo ver los dibujos cuando lleguemos a casa?” ”Papá, ¿cuándo lleguemos a casa podré jugar a la consola?” “Mamá, ¿puedo bajar al parque con los amigos?”
Estas preguntas o bien las hemos escuchado de boca de nuestros hijos o como mínimo las hemos pronunciado nosotros mismos en nuestra tierna infancia. Las preguntas podían ser distintas pero la respuesta solía ser la misma… “Cuando termines los deberes”.
¿Qué aportan los deberes? ¿Son necesarios? ¿Ayudan al aprendizaje? ¿Generan conflicto? ¿Ahondan en las diferencias sociales?
Todas estas cuestiones y muchas más son las que se debaten en los foros educativos y en las reuniones de profesores a final y principio de curso. En definitiva lo que se pone en tela de juicio es el uso de los deberes como herramienta educativa.
Los orígenes
Los deberes tienen unos objetivos educativos muy claros:
- Asentar los conceptos aprendidos en el aula.
- Que el alumno sepa resolver problemas por él mismo.
- Implicación de los padres en el aprendizaje de sus hijos.
Cualquier persona que lea estos objetivos estará de acuerdo en que son grandes hitos en la educación y que la mayor parte de las actividades educativas los comparten. En España los deberes suelen ser una práctica muy habitual en los colegios pero empiezan a surgir voces que ponen en duda su utilidad.
Pro y contras
No son pocas las personas e instituciones que han dado su opinión sobre la utilidad de los deberes. Todos ellos dan sus razones para continuar con esta tradición educativa o bien erradicarla de nuestro sistema educativo. ¿Cuáles pueden ser estas razones? Veamos algunas de ellas y así intentaremos llegar a una conclusión.
Pros
- Los deberes generan una disciplina de trabajo que puede venir bien a nuestros chicos y chicas. Conseguir esta disciplina de trabajo aunque no estemos en el colegio puede darles un plus a la hora de prepararlos para sus futuros trabajos. La idea es que cojan consciencia de la responsabilidad laboral (en su caso escolar).
- Los deberes están asociados a una educación de calidad. Mucha gente tiene la idea de que más trabajo es mejor y traducido al mundo escolar significa que cuanto más demos a nuestros escolares para hacer mejor será su educación y más preparados saldrán, es la idea que tienen países como China o Corea.
- Los deberes pueden llevar a una subida de la autoestima del alumno ya que consigue solventar situaciones por si mismo fuera del aula.
Contras
- Los deberes pueden llegar a ser una fuente de desigualdad entre las distintas clases sociales. Las familias de bajo nivel social suelen tener menos tiempo para poder ayudar a sus hijos en los deberes y por tanto estos alumnos no pueden realizar los deberes con la misma calidad ni ayuda.
- Ahora mismo España es uno de los países con más horas lectivas para sus alumnos lo cual implica que nuestros chicos y chicas tienen menos horas para poder disfrutar de su tiempo libre y por tanto los deberes acaban siendo una sobrecarga.
- Consideran que los deberes pueden llevar a angustiar a los alumnos y eso sería poco beneficioso para conseguir los objetivos marcados.
Como hemos podido ver hay motivos a favor y en contra de mantener o eliminar los deberes de la vida escolar de nuestros alumnos.
Hay otras voces que consideran que los deberes son una buena herramienta y que tienen mucho potencial educativo pero, tal y como sucede con todas las cosas de la vida, deben adaptarse a los tiempos que vivimos.
Siguiendo esta línea encontramos países como Finlandia que tiene un sistema de deberes o trabajos en casa que nunca supera los 10-15 minutos de dedicación por parte de los alumnos. De hecho suelen realizar estas tareas de camino a casa y así al llegar pueden dedicar todo el tiempo a “sus cosas” ya sean de carácter lúdico o educativo.
En USA tenemos otro ejemplo que es el que ideó la Duke University. Es el método de los 10 minutos. Consiste en incrementar el tiempo dedicado a los deberes en 10 minutos cada cierto tiempo (normalmente cada curso escolar hay un incremento de las horas a dedicar). Se empieza dedicando 10 minutos en el primer año de escolarización y se llegaría a los 120 o 150 minutos en bachillerato.
Pero el tiempo de dedicación no es el único punto que se replantean los expertos. La temática de los deberes o su metodología son otros puntos a comentar.
Temática y metodología
Parece que todo el mundo está en sintonía al entender que los deberes son una ayuda fuera del aula para los alumnos. La manera en que esta ayuda se lleva a cabo es el gran tema a debate. Se debe intentar que estos deberes no sean una prolongación del aula. El alumno no debe “notar” la misma presión ni la misma sensación cuando está en el aula que cuando realiza trabajos en casa.
Una buena manera de conseguir esa sensación es utilizar la ciudad como elemento educador. Visitar algún museo durante el fin de semana podría ser una buena alternativa a encerrarse en la habitación para realizar algún ejercicio. Acompañar a los padres cuando van a comprar podría ser una actividad para fomentar el cálculo mental de los más pequeños. Ver una película en versión original puede ser una gran opción para trabajar lenguas extranjeras. Ir al zoológico a ver animales vivos puede ser un gran día en familia al mismo tiempo que se pueden trabajar conceptos de ciencias naturales.
El método de dar trabajo a los alumnos para realizar en casa no es erróneo pero se debe replantear qué queremos conseguir con ello y cómo lo queremos llevar a cabo. Los objetivos educativos requieren de una metodología adecuada a nuestros tiempos.
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